Recorramos ahora la República de Túnez. No hay que dejar de ver ningún rincón porque todos merecen la pena. Desde Douz, llamada la puerta del desierto hasta el norte en Sidi Bou Said,
donde desde 1920 es obligatorio tener las casas pintadas de blanco y las puertas y ventanas de un precioso azul celeste. Mirando el mapa con detenimiento se puede ver el recorrido que haremos en este capítulo: Tozeur, Douz, Nefta, Chebica, Mides, Tamerza, Chott El Jerid, Kebili, Matmata, Medine, D'Jerba, Gabes, Sfax, El Jem, Sousa, Port El Kantauri, Kariouan, Hamamet, Tunez, Cartago y Sidi bou Said. Esto lo hicimos en dos semanas y realmente me encantó.
DOUZ es la puerta del desierto del Sahara. Desierto de dunas de arena interminables, después veríamos el desierto de sal y el desierto de piedra.
Recomiendo hospedarse en el mismo desierto. Yo dormí en el hotel El Mouradi pero se que hay un hotel Yadis campement Ghilane con tiendas de campaña muy lujosas y que es una aventura espectacular.
Es imprescindible salir al desierto en camello (bueno, en realidad son dromedarios) y subir y bajar las dunas saharianas montados y a pié. Subimos caminando con mucho esfuerzo y la bajada fue dejándonos rodar hasta estrellarnos al pié de la duna. Recomiendo comprar un pequeño frasquíto de cristal y meter un poco de arena como recuerdo o como regalo para alguna amiga.
En TOZEUR recorrimos parte del desierto de piedra hasta un grandísimo oasis en la antigua ciudad de MATMATA que fue destruida en 1969 por unas inundaciones provocadas por la lluvia y la crecida del arroyuelo que alimenta el oasis.
En Matamata estan las cuevas trogloditas más famosas, gracias a que fueron usadas por George Lucas para filmar parte de La Guerra de las Galaxias. Están excavadas a modo de agujero desde el cual se accede a las distintas dependencias también excavadas bajo tierra.
Mantienen la temperatura tanto en invierno como en verano...lo malo son las lluvias que aunque no son muy habituales, a veces producen corrimientos de tierra no deseados.
Cuanto más cosas veía, más y más me gustaba Tunez, sus paisajes, su comida y sus gentes.
Desde que llegué al país no dejaba de ver las llamadas Rosas del desierto. Son unas formaciones de arena que se asemejan a la flor. Yo no sabía donde se encontraban ni si eran hechas por la naturaleza o por la
mano del hombre, pero pronto me explicaron que es un fenómeno natural. La arena en contacto con el agua y las temperaturas de las cuevas, cristaliza de una forma que se asemeja a una rosa.
Salimos temprano a ver el desierto de sal, CHOT EL JERIZ. Es una pasada que un enorme lago de 7.000 Kms2 , debido a las pocas lluvias y los 50º de temperatura que alcanza en verano, el agua se evapora y queda a la vista la sal.
Aquí se da el conocido espejismo superior llamado Fata Morgana que consiste en que se ven cosas inexistentes a causa de los cambios tan grandes de temperatura. En esta foto no se ve la Fatamorgana, solo somos mi hija y yo sobre la sal del lago
No olvideis las gafas de sol porque entre el sol y la luz que se refleja en el blanco de la sal es casi imposible ver sin protección.
En TATAUINE son impresionantes los graneros-despensa de los nómadas. Son unas edificaciones que van haciendo una especie de corral en el centro de forma que se podía cerrar y defender si era preciso. Alcanzan hasta tres alturas y la formad de acceder es muy dificultosa para evitar la entrada de animales que pudieran comerse el grano guardado allí.
Ahora las partes bajas se usan como tiendas de souvenirs para los turistas pero todavía se conserva alguno en su modo antiguo.
Cogimos carretera para pasar en coche a la Isla de Djerba, si como habeis leido "pasar a una isla en coche"y no en ferry precisamente. En la época de los romanos (siglo III a.c.), estos construyeron un puente que une el continente con la isla.
Aun me acerqué a un palmeral y pude subir trepando a una palmera datilera. Por cierto, no quiero olvidarme de decir que los dátiles de Túnez son de los mejores que he comido en mi vida.
A esta isla acude turismo de puro lujo y la encontré muy europeizada aunque mereció la pena
Bordeando la costa paramos en SFAX a comer un rico Tajine y un Cuscús con carne de camello, todo cocinado con aceite de oliva.
A dormir a MAHDIA, en el hotel LTI Mahdía Beach y ¡vive Dios! que nos quedamos un día entero de descanso alternando la playa con la piscina y un buen haman.
Tras el descanso pusimos rumbo a KAIROUAN que fué declarada Patrimonio de la Humanidad por su rico patrimonio cultural. Además, para los musulmanes, es la cuarta ciudad santa detras de La Meca, Medina y Jerusalen.
En la posada del perro del profeta, se puede ver un camello que cada día sube y baja a un primer piso para dar vueltas sacando agua del pozo.
Hay que ver toda la ciudad, desde los pozos o algibes donde se almacenaba agua, el anfiteatro romano y la gran mezquita donde, por cierto, no nos dejaron entrar a los occidentales. Yo creo que ya es hora de que no se prohíba la entrada a nadie a los templos, siempre que se entre con respeto y se guarden las formas.
Por fin, viajando entre cultivos de olivos perfectamente alineados y muy cuidados, llegamos a TUNEZ capital. La ciudad en sí no es muy bonita pero como todas tiene mucho que ver y mas que respirar y disfrutar. Desde visitar una Madrasa, ver la ciudad desde una terraza del bazar, tomar un te con piñones fumando una shisha hasta lo que más me gustó a mi que fué sin duda el ZOCO.
Enorme y caótico mercado donde te agarran literalmente del brazo para meterte en una tienda. Allí puedes encontrar de todo, animales, cachimbas para fumar, turrón todo el año, joyas bereberes, ropa de Zara y gafas de marca. Aunque lo primero que debes comprar es un ramito de flores de alhelí y vas perfumado para todo el día.
En Tunez si que nos dejaron entrar en una mezquita, por supuesto debidamente cubiertas en la cabeza por un pañuelo a modo de respeto.
Lo que si me gustó fué CARTAGO con sus ruinas romanas y el maravilloso MUSEO DE MOSAICOS que es el mejor que he visto nunca.
Por último visitamos el pueblo más bonito de todo Tunez. Junto a la playa, sobre unos pequeños acantilados se halla SIDI BOU SAID
con sus casas pintadas de cal blanca y las puertas y ventanas de un azul perfecto.
Cuesta arriba y cuesta abajo, no dejamos una callejuela sin patear. Si un rincon era bonito, el siguiente lo era más todavía. Tras un larguísimo paseo al que nos ayudamos mordisqueando unos deliciosos churros que compramos en la ventana de una casa, llegamos al lugar perfecto para tomar un te: EL CAFE DE LAS ESTERAS. Tiene una larga escalinata al final de la cual comienzas a ver todo el suelo forrado con esteras de cáñamo o algo similar.
El lugar es precioso y tiene unas magníficas vistas. Saben lo que tienen y saben que nos gusta de modo que cobran un poco mas caro pero merece la pena.
Pasamos nuestra última noche en Tunez en el hotel Amilcar a las afueras de Sidi Bou Said y al día siguiente tomamos el vuelo de vuelta a España. Como siempre dejo mi foto de despedida con las consabidas "GRACIAS Y BUEN VIAJE"
TIPS DE INTERES:
-La temperatura al amanecer o atardecer en el desiero es muy fría, de modo que llevar algo de buen abrigo para el paseo en camello.
-Gafas de sol y crema protectora porque quema que rabia.
-Las costas de Souse y Monastir son muy buenas para hacer surf y cualquier deporte que necesite viento.
-En los zocos no cojas nada "que te regalen" porque luego te piden el dinero. Cuidado.
-Como siempre en países musulmanes, llevar un pañuelo para cubrir la cabeza si quereis entrar a alguna mezquita.
-Yo volé a Douz y fuí subiendo con un coche alquilado hasta Sidi bou Said sin ningún problema.
-Enterarse de como están las cosas tras la primavera Arabe.
-Como siempre no tener miedo pero no ser temerarios.
¡¡¡ SHOCRAN Y BUEN VIAJE!!!
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